EE. UU. aproxima sus buques de guerra a Libia

miércoles, 2 de marzo de 2011.

image Hillary Clinton ofrece a los rebeldes «cualquier tipo de asistencia» que deseen de EE. UU.

El Departamento de Defensa estadounidense informó este lunes de que está aproximando varios buques militares a la zona de Libia para actuar «en caso necesario», después de que el presidente norteamericano, Barak Obama, haya reclamado la renuncia del lider libio, Muamar Gadafi.

«Estamos moviendo los buques más cerca de Libia (para actuar) en caso necesario», afirmó el coronel David Lapan, portavoz del Pentágono.

Previamente, el Pentágono había informado de que las Fuerzas Armadas estadounidenses están reubicando las fuerzas navales y aéreas que tienen en torno a Libia, donde se desarrolla una revuelta popular que ha sido reprimida violentamente por el régimen de Muamar Gadafi.

«Tenemos a varios planificadores trabajando y distintos planes de contingencia. Creo que es seguro decir que, como parte de esos esfuerzos, estamos reubicando nuestras fuerzas para poder ofrecer esa flexibilidad cuando se hayan tomado decisiones (...), para poder ofrecer distintas opciones y flexibilidad», declaró el coronel Lapan.

Países europeos como Francia y Reino Unido han dicho que no descartan la posibilidad de usar la fuerza para frenar la violencia en Libia.

EE. UU. ofrece ayuda a los rebeldes

París ha mandado aviones llenos de médicos y enfermeras pero Washington ha ofrecido a los rebeldes libios «cualquier tipo de ayuda» que necesiten, ha declarado la secretaria de Estado Hillary Clinton. La dama de hierro de la diplomacia estadounidense ha reiterado su oferta en Ginebra, donde intentó unir a los líderes europeos para forzar la salida del coronel Muamar Gadafi «ahora», insistió amenazadora. «Todas las opciones están sobre la mesa».

Dos prominentes senadores estadounidenses tienen una idea muy clara de lo que su gobierno debe hacer por los rebeldes. «Custodiar la zona de exclusión aérea, reconocer al nuevo gobierno de Libia y proporcionarle armas», demandó el domingo el senador independiente Joe Lieberman, asociado a los demócratas.

La percepción de que el gobierno de Gadafi se ha desintegrado sirve de excusa al mundo para mostrar abiertamente su apoyo a los rebeldes. Algunos informes señalan que su ex ministro de Justicia habría formado un gobierno interino en Benghazi, la segunda ciudad de Libia, cuna de la revolución. Sin embargo, cuando se le preguntó específicamente en el avión camino a Ginebra, Clinton no quiso precisar si ése es el puente más viable con el que está manteniendo contactos. Washington actúa con cautela antes de elegir a sus aliados.

«Estamos sólo al principio de lo que seguirá a Gadafi», explicó. «Primero tenemos que ver que este régimen termine sin más violencia ni baños de sangre, lo que supone un gran reto para nosotros. Pero puedo decir que hemos contactado con muchos libios diferentes que están intentando organizarse en el este, a medida que la revolución se mueve hacia el oeste. Todavía es muy pronto para decir cómo se va a desarrollar esto pero vamos a estar listos para ofrecer cualquier tipo de asistencia que cualquiera desee de Estados Unidos».

La oferta no podía ser más amplia ni más abierta, pese a los muchos recelos que suscita dentro y fuera de EE. UU. Si bien el senador republicano y ex candidato presidencial John McCain se alineó con el senador Lieberman para defender el apoyo de EE. UU. a los rebeldes, también fue claro al precisar que la ayuda militar no debe incluir tropas.

Con dos frentes abiertos en Iraq y Afganistán, así como un guerra sin declarar en Pakistán, ni siquiera los republicanos aguerridos como él se atreven a dar rienda suelta a sus ansias belicistas. El propio jefe del Pentágono Robert Gates, que fuese elegido para el cargo por George W. Bush, lo dijo muy claro el viernes pasado: «En mi opinión, cualquier secretario de Defensa que vuelva a recomendar al presidente enviar otro gran despliegue militar de EE. UU. a Asia, África u Oriente Medio debería ir al psiquiatra».

Sin embargo ayer su gabinete informó que ha desplazado «algunas» fuerzas navales y aéreas cerca de Libia para estar listas «en caso de que se necesiten». El portavoz del Pentágono Dave Lapan no precisó su número ni para qué se las podría necesitar.

Ese movimiento amenazador podría darle más garra a los ultimátum internacionales que EE. UU. coordina bajo el auspicio de la ONU. Ayer el secretario general Ban Ki moon dio el inusual paso de viajar a Washington para reunirse con Barack Obama en la Casa Blanca, donde discutieron personalmente la situación.

«Ha llegado la hora de que Gadafi se marche»

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha defendido este lunes que ha llegado el momento de que el dirigente libio, Muamar Gadafi, «se marche» y ha denunciado que éste está empleando a «mercenarios y matones» para suprimir las manifestaciones en su contra.

«Gadafi y aquellos que le rodean deben rendir cuentas por estos actos, que violan las obligaciones internacionales y la decencia común», ha subrayado Clinton en su intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, asegurando que la comunidad internacional no ha dejado ninguna posibilidad fuera de la mesa en cuanto a los próximos pasos a dar contra Libia.

«Hemos visto como las fuerzas de seguridad del coronel Gadafi abrían fuego contra manifestantes pacíficos. Han usado armamento pesado contra civiles desarmados. Mercenarios y matones han tenido rienda suelta para atacar a los manifestantes», ha denunciado la secretaria de Estado. «Mediante sus acciones, han perdido la legitimidad de gobernar y el pueblo de Libia lo ha dejado claro: ha llegado el momento de que Gadafi se marche, ahora, sin más violencia ni demora», ha subrayado.

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