La fabricación del mito: educación y empresarios

martes, 23 de noviembre de 2010.

Luis Hernández Navarro

La derecha empresarial sigue su ofensiva en contra de la educación pública, los maestros y su sindicato. El pasado 16 de noviembre, Mexicanos Primero presentó el documento titulado Brechas: estado de la educación en México 2010. En el acto, su presidente, Claudio X. González, dijo que el país tiene la fórmula para una educación... ¡mediocre!, que el panorama educativo es desalentador, y que el organismo gremial del magisterio requiere hacer más educación y menos política.

Mexicanos Primero fue fundada por Alejandro Ramírez Magaña, hijo del dueño de Organización Ramírez-Cinépolis. La empresa carga en sus espaldas un oscuro historial, crímenes incluidos (La Jornada, 27/7/96). Su influencia política en Michoacán es relevante. Ramírez Magaña es egresado de Harvard. Fue secretario técnico del gabinete de Desarrollo Humano en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), cuando su titular era Josefina Vázquez Mota.

Aunque Mexicanos Primero fue fundada en 2005 –casualmente cuando Ramírez aún era funcionario de la Sedeso–, su lanzamiento público coincide con la designación de Vázquez Mota como secretaria de Educación.

La conformación del cuerpo directivo de Mexicanos Primero incluye personalidades relacionadas con el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana.

El director de Mexicanos Primero es David Calderón, focolarino (laico consagrado del apostolado de la sonrisa), comprometido con la promoción social directa. Llegó a la institución después de laborar con Fernando Landeros en la Fundación Teletón. Allí lo reclutó Claudio X. González.

Mexicanos Primero es un organismo sombra, promotor de los intereses de la derecha empresarial en materia educativa. Aunque formalmente postula la necesidad de ciudadanizar la educación y la intervención directa de los padres de familia, ha dedicado el grueso de sus esfuerzos a criticar la educación pública, a los maestros y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Cuenta con gran cantidad de recursos y espacios relevantes para promover su agenda en los medios de comunicación. La organización tiene una filial en Michoacán.

A lo largo de los recientes tres años, la fundación ha buscado desfondar al sindicato, otorgando recompensas y premios a maestros que coinciden con una visión más humanista de la educación. La idea es que los profesores valoren que los empresarios aprecian su esfuerzo (premios ABC), en contraposición con el sindicato que los enajena y utiliza políticamente.

Según Blanca Heredia, ex titular de la Unidad para el Desarrollo Político de la Secretaría de Gobernación, Mexicanos Primero fue creada por un grupo de empresarios de nueva generación; vive de las aportaciones de sus patronos y su liderazgo asume públicamente la defensa de las causas que son el motor de la organización. Su existencia me anima, pues me habla del tipo de líderes empresariales que México requiere con urgencia y sin los cuales ningún país puede prosperar y aspirar a ser grande. (La Razón, 18/11/10.)

El discurso de Mexicanos Primero se modificó tras la salida de Josefina Vázquez Mota de la SEP, en abril de 2009. A partir de entonces, comenzó a reprobar a esa dependencia. Los reproches arreciaron cuando se percibió el distanciamiento de Vázquez Mota y Alonso Lujambio. Ante los señalamientos de la fundación, este último dijo que no está contra la crítica, aunque en este caso la encuentra excesiva.

Sin embargo, la ofensiva empresarial contra la educación pública desde la derecha va más allá de Mexicanos Primero, la cual exigió dar a conocer el padrón magisterial a organismos como México Unido contra la Delincuencia y Causa en Común.

Entre el 25 y el 28 de octubre pasado se efectuó el foro Clase 2010 Cumbre de Líderes en Acción por la Educación 2010, organizado por Compromiso Social por la Calidad de la Educación, que presiden Marinela Servitje y Gerardo Gutiérrez Candiani, líder de la Coparmex, quienes criticaron la política educativa nacional, que, según ellos, no ha logrado avances. Apenas en agosto, frente a Felipe Calderón, Isabel Miranda de Wallace, de la organización Alto al Secuestro, denunció que México estaba secuestrado por el SNTE.

La animadversión de la derecha empresarial conservadora hacia la educación pública no es nueva. De manera consistente ha arremetido contra ella por asuntos como la educación socialista, los contenidos de educación sexual y la introducción de los libros de texto gratuitos. Pero ahora va por más. Quiere hacer de ella una oportunidad de negocios y un espacio para formar a niños y jóvenes de acuerdo con su visión del mundo.

No es un hecho exclusivamente mexicano. Según relata Noam Chomsky, grandes inversores como Lehman Brothers, entre otros, mandaban a sus clientes folletos en los que se leía: Mira, ya nos hemos encargado del sistema de salud; nos encargamos del sistema carcelario; el próximo gran objetivo es el sistema educativo. Podemos privatizar el sistema educativo, hacer mucho dinero de él. Instituciones conservadoras como Heritage Foundation, Hudson Institute y la Olin Foundation han dedicado cuantiosos recursos para socavar la educación pública. El centro de su estrategia, como la de Mexicanos Primero, ha sido inventar una crisis en el sector, fabricar mitos sobre el desastre pedagógico nacional y la ineficiencia de los maestros.

No se trata de defender a Elba Esther Gordillo ni a los dirigentes charros del SNTE. Nada de eso. Son impresentables, han degradado profesional y moralmente a una parte del magisterio nacional. Pero no se debe tirar al niño con el agua sucia de la bañera. Lo que la derecha empresarial quiere hacer con sus críticas al magisterio nacional es preparar el terreno para asaltar la educación pública.

La fabricación del mito: educación y empresarios

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