La banca central desata la tercera guerra mundial, el petróleo y el oro se disparan

martes, 9 de noviembre de 2010.

Tensión antes de la Cumbre del G-20. Los bancos centrales de Europa, EEUU y China se acusan de hundir sus monedas para superar la crisis, lo que aumenta el proteccionismo y repite los errores de la Gran Depresión de los años 30. Las materias primas reaccionan: el petróleo y el oro, en máximos.

LORENZO RAMÍREZ

La crisis económica internacional ha derivado en una guerra de divisas que está lastrando al comercio mundial y, con ello, al bolsillo de las familias y las cuentas de las empresas. Los gobiernos están cometiendo el error de aplicar políticas proteccionistas, justo lo mismo que ocurrió en la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado y que ocasionó un derrumbe sin precedente en las economías de todo el planeta.

De esta forma, China reduce artificialmente el valor de su moneda para ser más competitiva (es decir, para aumentar las exportaciones), EEUU hace lo mismo, y la UE se queda pasmada viendo como la crisis de deuda hunde la confianza de los mercados en las finanzas públicas de Irlanda, Portugal y España.

Todos los diarios económicos destacan hoy estas tensiones entre los bancos centrales de las principales regiones económicas del mundo. Expansión abre su edición explicando que "Europa acusa a EEUU de forzar un dólar débil" y hace referencia a las declaraciones del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que acusa a la Reserva Federal de EEUU (el banco central norteamericano) de "depreciar su moneda artificialmente".

Juncker protesta así por el plan que ha puesto en marcha el presidente de la FED, Ben Bernanke, por el cual imprimirá 600.000 millones de euros para inyectarlos en la economía. Tal como ocurre en Europa, este dinero nunca llega a las familias y las empresas, ya que las entidades financieras lo utilizan para comprar deuda pública. En realidad es un método por el cual el Gobierno se financia empobreciendo a la sociedad, es decir, un robo institucional amparado por la Ley.

En su Editorial, titulado "Divisas, el error del sálvese quien pueda", Expansión destaca que el Banco Mundial pide que los tipos de cambio de las grandes monedas se realice con un sistema similar al patrón oro, un sistema de paridad que acabó hace 40 años por el interés de los políticos en gastar más de lo que deben y recurrir a la deuda para financiar sus desmanes, siempre a costa de los contribuyentes.

Justo por eso no parece probable que se recupere el modelo, porque limita la capacidad del poder público y los gobernantes no van a renunciar a esta parcela de poder. Ya saben la famosa frase que se atribuye al barón Nathan M. Rotschild: "denme el poder de emitir moneda en un país y no me importará quien haga las leyes".

En todo caso, Expansión señala que si se mantiene la guerra de divisas se producirá lo mismo que en la Gran Depresión de los años 30, cuando "las devaluaciones competitivas alentaron el proteccionismo, el comercio mundial se hundió y la economía de los particulares se deterioró aún más" arrojándoles a la pobreza. Si quieren saber lo que lo que pasó pueden ver la película Las uvas de la ira. No apta para intervencionistas y keynesianos, ya que se repiten los mismos mantras propagandísticos que ahora salen del ideario progre. Entonces eras falsos y hoy lo son también, aunque los defiendan presidentes y primeros ministros de potencias mundiales.

Cinco Días, el económico de Prisa, también habla de la guerra de divisas y denuncia la "escalada de tensión entre la UE y EEUU antes del G-20; mientras se disparan las primas de riesgo en Europa y se encarecen el petróleo y el oro". Resulta que el barril de crudo roza los 90 dólares y la onza de oro los 1.400. Por cierto ¿se acuerdan cuando el exministro de Economía, Pedro Solbes, vendió el oro del Banco de España a menos de 700 dólares la onza porque decía que no subiría más? ¡Qué visión, madre mía!. Y este señor que hundió la economía española dos veces es ahora asesor del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Finalmente, El Economista se suma a sus dos competidores y revela que "el castigo bursátil se acentúa y escala la prima de riesgo: el diferencial con Alemania, otra vez en los 200 puntos". El periódico hace referencia a la variable que sirve para conocer el grado de confianza que tienen los inversores en la capacidad de España para pagar a los acreedores (tenedores de deuda). Este indicador es la diferencia entre el interés que se ofrece España por comprar bonos españoles a 10 años y el que paga Alemania. El nivel de los 200 puntos no se alcanzaba desde junio, tras la suspensión de pagos del 7 de mayo. Yo que ustedes me lo pensaría mucho si desean adquirir deuda española a largo plazo, sobre todo cuando Alemania ha presentado ya su plan de quiebras ordenadas.

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