El discurso de Colosio la clave para volver a Los Pinos

miércoles, 22 de septiembre de 2010.

Por Jesús González Schmall

Hoy que se especula que puede ganar el PRI las elecciones del 2012 El último que intentó salvar al tricolor de la debacle fue Luis Donaldo, que bien se dio cuenta en 1994 que el partido sucumbiría si no se rectificaba y legitimaba al lado del pueblo

Hoy, que tanto se especula que puede volver el PRI a ganar las elecciones en 2012 y que Andrés Manuel López Obrador dice en su reciente libro, ‘La mafia que se adueñó de México’, que si eso ocurriera significaría repetir la vergonzosa historia de 1853, cuando se volvió a llamar a Santa Anna por undécima vez, para ser Presidente de la República, después que había postrado al país con sus veleidades y todavía facilitó, con su abandono al Ejército Mexicano, en la batalla de la Angostura de 1848 que había ganado frente al ejército invasor norteamericano al mando del general Zachary Taylor.

‘El Quince Uñas’, en efecto, regresó aclamado por el pueblo de su exilio en Colombia a la presidencia y, por ventura, sólo duró dos años cuando la Revolución de Ayutla hizo volver a extraditarse a su ‘Alteza Serenísima’.

EL CUADRO POLÍTICO DE HOY, PARECIDO AL DE 2000

El cuadro político de ahora es parecido al de entonces y al que prevalecía en 2000, cuando contra toda lógica, la desesperación y el hartazgo con el neoPRI de los tecnócratas, el pueblo eligió a Vicente Fox neopanista que no sólo no mantuvo, sino destruyó y corrompió lo poco o mucho de las instituciones que tenía el país y, tanto peor, un Calderón impuesto por los mecanismos electorales más sofisticados y modernos de carácter cibernético, postrando ambos, a México, en ‘La decena (década) trágica’ de nuestra historia que ya hace pensar a los mexicanos “que estábamos mejor cuando estábamos peor”.

La desesperación, la pobreza, la frustración, la inseguridad creciente y la violencia crónica son malos consejeros electorales.
Los pueblos suelen equivocarse porque la amnesia histórica es recurrente y nos hace tropezar con la misma piedra.

DESDE MIGUEL DE LA MADRID, EL PRI SE SALIÓ DEL CARRIL DE LA REVOLUCIÓN

La verdad es que el PRI desde Miguel de la Madrid Hurtado se salió del carril de la Revolución, entendida ésta como la idea y conjunto de valores políticos que no sólo inspiraban sino que obligaban a un ejercicio de gobierno dirigido hacia el cumplimiento de los postulados revolucionarios básicos contenidos en la Constitución y a un desenvolvimiento y progresividad donde los ejes de la justicia social, soberanía, ética republicana y responsabilidad histórica, fueron gradualmente abandonados por los gobiernos priístas más recientes que a lo largo de sus nuevas generaciones, casi en su mayoría becadas en Universidades de Estados Unidos, se deslumbraron con las tesis del neoliberalismo de Milton Friedman y engancharon al país al carro del neoconservadurismo jalado desde Washington.

Carlos Salinas, metido con calzador a la candidatura priísta y vencido adentro y después afuera en la elección nacional, por quienes querían rescatar las líneas revolucionarias auténticas y por consiguiente secuestró al partido, se mantuvo y consumó el sexenio transando con los neopanistas encabezados por Luis H. Álvarez (ver Martha Anaya, libro ‘1988: El año que cayó el sistema’), quienes lo respaldaron para enfrentarse a la izquierda que recogió las propuestas orgánicas de la Revolución (Constitución de 1917) nada menos que encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas y otros destacados dirigentes que hicieron virar a Salinas hacia la derecha llegando al extremo, no sólo de realizar las reformas constitucionales más regresivas en lo agrario, sino las privatizaciones más escandalosas y el anclaje de México al Tratado de Libre Comercio (TLC) con la implícita supeditación económica a Estados Unidos que fue completada con la firma de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), cerrándose así el alineamiento político que llegó incluso a exponernos frente al mundo islámico en las guerras de seguridad que emprendió George Bush.

COLOSIO RECTIFICARÍA

EL RUMBO DEL PRI

El último que intentó salvar al PRI de la debacle fue Luis Donaldo Colosio, que bien se dio cuenta en 1994 que si no se rectificaba y legitimaba al partido al lado del pueblo sucumbiría.

El discurso del 6 de marzo precisamente en el Monumento a la Revolución fue una definición magistral de una propuesta política limpia y genuinamente revolucionaria, que lo obligaba incluso a romper personalmente con Salinas.

Las iniquidades dentro del instituto político tuvieron más poder que la verdad y los conservadores ganaron la batalla con Ernesto Zedillo que, siguiendo la decadencia salinista, cargó sobre el pueblo la deuda impagable del IPAB, con la consiguiente concentración de la riqueza en grupos protegidos y con una banca saneada con recursos públicos que más adelante se entregaría a consorcios norteamericanos y españoles.

Con toda esta manifiesta degradación, la salida no podía ser otra que acordar un cambio de colores de partido en la Presidencia, pero dejando intacto el modelo económico de connivencia con los poderes fácticos y corporativos para garantizar la absoluta impunidad tratándose de delitos cometidos contra el patrimonio del pueblo.

No se necesita mucha destreza mental para encontrar aquí la causa de la transmisión por capilaridad de este tipo de delitos con los relacionados con el narcotráfico y la delincuencia organizada. La misma inercia tenía que conducir a la exacerbación de estos últimos y la estabilidad y moderada expansión y crecimiento de los primeros.

El escenario dramático de un retroceso económico persistente, de un desequilibrio social creciente y de una violencia institucional disputándose espacios con sus competidores en el crimen organizado, constituye hoy sin duda la base de la creencia de una parte importante del PRI para reingresar con colores propios a la cúpula del poder político.

La esperanza es cierta atenida a los medios y estrategias de mercadotecnia política idénticas a las que les dio resultado a los foxistas en 2000.

El reto frente al PAN está resuelto, con las mismas armas que éstos los destituyeron, volverán los priístas por sus fueros.

La incógnita o incertidumbre será definitivamente la variable de la capacidad de un pueblo para blindarse del engaño y poder contar entre las opciones las propuestas del Movimiento Democrático Nacional (de AMLO), lo que estará por verse en cuanto a la capacidad del mismo para unificarse, pero sobre todo, no deberá el PRI “de principios” confiar sólo en las encuestas cuando en los últimos tiempos la población se ha vacunado contra ellas, para no ser presa de las mismas. La moneda está en el aire.

PENSAMIENTO DE COLOSIO,

FUENTE DE IDEAS REVOLUCIONARIAS

Por lo pronto que el PRI haya aprendido que tiene una responsabilidad ineludible con la historia. Sumarse a la disputa del poder pragmático vacío de contenido ideológico o recobrar la genuina orientación revolucionaria que le dio los mejores años en un gobierno de equilibrio, desarrollo social, independencia y progreso nacional posponiendo intereses personales para priorizar los nacionales.

La fuente donde obtener las líneas básicas las tienen a la mano: Basta con recoger el pensamiento y el programa contenido en el discurso del 6 de marzo de 1994 de Luis Donaldo Colosio.

Hoy el PRI se enfrenta al mismo dilema: Ser o no ser, la historia electoral empieza; o prevalecen los principios y la herencia revolucionaria o el despeñadero de consecuencias impredecibles ocurrirá. <

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